viernes, 27 de julio de 2007

Sivana, Soluciones de Marketing, obtiene la certificación ISO 9001:2000



La consultora de marketing ubicada en Viladecans, Sivana, Soluciones de Marketing, obtiene la certificación de calidad ISO 9001:2000 otorgada por la certificadora Bureau Veritas, primera entidad privada de Certificación en España.

Esta certificación aprobada el pasado 20 de julio de 2007, confirma las buenas prácticas de SIVANA, SOLUCIONES DE MARKETING y reconoce la madurez y eficacia de su Sistema de Gestión de la calidad al mismo tiempo que ratifica su compromiso con la mejora continua.

“Desde nuestros inicios en el año 2004, en Sivana hemos trabajado siguiendo unos procesos que nos permitan ofrecer una calidad excelente en el servicio y un trato diferencial a nuestros clientes”. Comenta Isabel Salvador, Directora de Sivana, Soluciones de Marketing. “Con la ISO 9001, nuestros clientes son los mayores beneficiados, ya que obtienen una garantía adicional de calidad de los servicios que contratan a nuestra Empresa”, señala la Sra. Salvador.

“Y, otro hecho importante es que el certificado de la ISO 9001, nos sitúa como la primera y, por el momento, única Consultora de Marketing Estratégico del Baix Llobregat que recibe dicha certificación, tanto en los servicios de marketing como en los de comunicación.” finaliza la Sra. Salvador. “


Para consultar los servicios en su totalidad u obtener mas información pueden visitar la web
http://www.sivanaweb.com/ o dirigir un e-mail a epadrosa@sivanaweb.com .

jueves, 14 de junio de 2007

MÁS QUE UN REGALO



¿A quién no le gusta recibir un regalo? Desde un simple llavero a un sofisticado calendario electrónico. Todos los regalos son siempre bien recibidos pero no todos se recuerdan con la misma intensidad... dependerá de cómo te lo han entregado.

Obsequiar a nuestros clientes o proveedores con un pequeño detalle en según que épocas del año, se ha convertido en un elemento de promoción del negocio, de captación de clientes y de fidelización de los ya existentes.

No es sólo el calendario a final de año, ni la camiseta o gorra, ni el mechero (¡que tal como están los humos…!), sino que ahora encontramos artículos de reclamo, cada vez más sofisticados e ingeniosos, relacionados con nuestro negocio para cada temporada, que refuerzan nuestra imagen. Para este verano encontramos desde zapatillas, almohadillas de playa hinchables con radio, scooters de agua, ceniceros con tapa para la playa, neveritas, sombrillas (se imagina una playa con varias sombrillas con su nombre…..cuanto vale esa publicidad??), …. Todo para que nuestros clientes disfruten y a la vez muestren el nombre de nuestro negocio en su día a día.

Con el tiempo, algunos de estos elementos se han convertido en objeto de culto, deseo y colección. Sino, quien no ha oído hablar del Calendario Pirelli. Gracias a las modelos seleccionadas, cada año consiguen salir en prensa, televisión y miles de medios de comunicación de todo el mundo y, no por hablar de lo bien que van los neumáticos, no, sino de las maravillosas mujeres que conforman cada uno de los meses.

Otros ejemplos algo más recientes, serían la promoción del 11811 de este verano que regalan 68.000 gafas de sol entre las personas que utilicen el servicio (ya se puede ver el anuncio en la tele).

O la promoción que hizo Saimaza, que repartió abanicos contra el calor y cafés en la pasada Feria de Sevilla, con el objetivo de potenciar la imagen de la marca entre los visitantes de la Feria.

Todavía me acuerdo también de una campaña promocional que me hicieron llegar para celebrar el primer aniversario en Barcelona del diario gratuito Metro. Además de realizar un mailing en varias partes (lo que en nuestro mundo se llama una campaña teaser), para incrementar la expectación sobre el producto, en el último envío recibí un rótulo como los que se pueden ver en el metro, indicando el nombre de la parada pero con mi nombre. Toda la oficina estuvo hablando de ello durante varios días y, lógicamente acudimos a la invitación que nos hicieron.

En otro momento, recibimos una zapatilla de la playa en un envío del Hotel Hilton de Barcelona, en el que solamente por llamar e informarte sobre los salones para eventos de que disponen, podías ir después a recoger la otra zapatilla al hotel. La persona de recepción dejó la zapatilla en la misma mesa y todo el mundo que entraba y salía de la oficina, le preguntaba sobre la zapatilla. Toda la empresa se enteró de que era el Hotel Hilton el que la había enviado.

O, también, lo que hizo un concesionario de automóviles para la feria del mismo nombre en Alemania. Enviaron la esfera de un reloj de una marca conocida a un grupo de directivos invitándolos a la feria para probar el nuevo modelo de coche que justo había lanzado su marca al mercado. Si llevabas la esfera, y hacías la prueba, te entregaban la correa gratuitamente. Tuvieron un éxito rotundo.

Estos son algunos de los ejemplos y casos de éxito en los que se utiliza una estrategia en la que se incluye un artículo promocional. El impacto en el público objetivo, supera en todos el impacto de un simple mensaje publicitario porque va directo a él. Pero hay que tener en cuenta una cosa: funciona porque se utilizó formando parte de una estrategia, ya sea de lanzamiento de producto, de promoción de verano, de aniversario, etc.

Por todo lo anterior, animo a todos aquellos empresarios o responsables comerciales y de marketing de empresas que quieran reforzar su imagen corporativa, que quieran realizar la promoción que tienen en mente o el lanzamiento de algún nuevo producto o servicio, que tengan en cuenta los artículos promocionales, o como mínimo que los consideren. Siempre, a ser posible, dentro de una estrategia. Para ello existen empresas especializadas que orientan en la mejor estrategia a seguir y el mejor objeto promocional, el mas adecuado a la imagen de su empresa o al mensaje que se quiere transmitir con él. El asesoramiento por parte de profesionales del sector estratégico del marketing, les guiará por la infinita variedad de productos y novedades y adaptará a su necesidad cualquier idea u objeto que se les ocurra.

Por tanto, recuerden: objetos promocionales, sí. Entregarlos porque sí, NO. Siempre con un objetivo claro y pensando muy bien a quién se dirigen y el tipo de empresa que somos.

Isabel Salvador
Consultora de Marketing
http://www.sivanaweb.com/

lunes, 2 de abril de 2007

NUEVO ACUERDO DE COLABORACION ENTRE EL GREMI DE RESTAURACIÓ DE BARCELONA y SIVANA SOLUCIONES DE MARKETING

Sivana, Soluciones de Marketing, empresa dedicada a la consultoria de marketing estratégico para la PYME, anuncia su nuevo acuerdo de colaboración con el Gremi de Restauració de Barcelona. El nuevo acuerdo pretende potenciar, mejorar y aprovechar las sinergias que Sivana y el Gremi pueden aportarse, acercando, a su vez, los servicios de marketing a las empresas de restauración.

“Debido al interés que, por parte de los asociados al Gremi de Restauració de Barcelona, despiertan los temas de marketing, entre otros cómo vender más o cómo fidelizar a los clientes, y la necesidad que el mismo Gremi tenía en referencia a este tema, se plantea la posibilidad de colaboración entre ambas empresas”, comenta el Sr. Gaietà Farràs, presidente del Gremi de Restauració. De este acuerdo se desprenderán importantes ventajas, no sólo para las dos empresas colaboradoras si no para los propios asociados al Gremio, tal como nos dice Eva Padrosa, Responsable de Comunicación de Sivana, Soluciones de Marketing: “Intentaremos mejorar algunos aspectos de la tarjeta de fidelización que tiene el Gremi, haciéndola mas usable, cómoda y rentable, y por otro lado acercaremos el marketing a los agremiados mediante artículos muy prácticos en la revista “Restauració Avui” y atendiendo consultas que se les puedan plantear a los agremiados, entre otras cosas”.

El acuerdo se firmó el pasado mes de enero en las oficinas que el Gremi tiene en Barcelona, con la presencia de su presidente y del director de su central de compras y servicios, Jordi Conill, y las Sras. Eva Padrosa e Isabel Salvador Socias Fundadoras de Sivana, Soluciones de Marketing.

jueves, 15 de marzo de 2007

DIME QUÉ CONSUMES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

¿Quien no se ha quedado alguna vez mirando el comportamiento de una persona mientras esperaba? Por ejemplo de una pareja. Y, ¿viendo la ropa y complementos que llevaban o la bebida que consumían, no se ha hecho una idea del tipo de personas que eran?

Dime qué consumes y te diré quién eres. Con esta frase tan impactante, se iniciaba una ponencia el pasado 15 de marzo, en el día del emprendedor que se celebró en Barcelona, de la quisiera comentaros algunos puntos. Esta frase, tan aparentemente tonta a simple vista, nos lleva a todo un análisis introspectivo..., “¿compro coca-cola o mecca-cola?” “tengo criterio marquista o me dejo llevar por la baratura?” “¿quiero ser de los que hacen algo especial o del montón?” Si analizamos tiene toda su lógica, y más en el mundo de hoy que nos ha tocado vivir.

Está claro que si te sientas en medio de un paseo, en un bar o en un restaurante y empiezas a analizar a las personas que te rodean, por su comportamiento, por su forma de vestir, por su aspecto o por lo que consumen, conseguiremos obtener una idea de cómo son. E incluso, si observamos nuestro carrito de la compra y el carrito de la compra de otras personas en el supermercado, también podemos llegar a tener una idea bastante clara de parte de su forma de vida. Porque en definitiva, cada individuo, cada ser humano, quiere ser único pero formando parte de un todo, por lo que seguimos una tendencia, unos ideales y en base a ellos nos comportamos, nos vestimos e incluso consumimos una serie de productos y servicios determinados.
De entre los consumidores y usando este tipo de observaciones, podríamos reconocer distintos grupos de individuos, no están todos pero hay una variada selección:

- El ecologista, preocupado por la naturaleza y la protección del medio ambiente, compra todo que ahorra CFC’s a la atmósfera, que no contiene colorantes cancerígenos, que se puede reciclar, natural, etc…
- El Pijo, solo compra marcas, marcas, marcas y acude a los sitios de moda, le da igual si sabe o no la calidad de lo que compra, el tema es tener lo que “todos los pijos” tienen o al menos que parezca que lo tiene….
- El Sibarita, de gustos refinados, valora por encima de todo productos “de lujo”. Pan de baguette a las finas hierbas, agua del himalaya, …
- El Techi, para él la tecnología es su vida, tiene todos los últimos modelos de todos los aparatos que salen al mercado y les encanta enseñarlos: Dolby digital soundround, mp4, ordenador de ultima generación, coche con todo…
- El Intelectual, al día en todos los temas de política y actualidad, siempre siendo foco de atención con todos sus conocimientos……………..
- El deportista, con una dieta muy cuidada y sana, vive para y por mantenerse en forma, practicando uno o varios deportes
- El metrosexual, uno de las últimas incorporaciones. El culto al cuerpo y todo lo que va relacionado con él (moda, peluquería, gimnasio, solarium, masajes…) es su obsesión

Cada uno de ellos, compra y consume unos productos y servicios determinados, unas marcas determinadas que le hacen sentirse bien, le hacen sentir que forma parte de una comunidad, de un grupo, de un estilo de vida. Esto es lo que llamamos el consumo simbólico. ¿Por qué existe el consumo simbólico? Porque no queremos ser iguales. La marca nos proporciona esa diferencia. La marca es la diferencia. No cambia la naturaleza material de un objeto, pero si su naturaleza social. La marca cambia nuestra percepción del producto. Por tanto, la marca es la representación del consumo simbólico.

Por ejemplo, si quiero comprar caldo en tetrabrik, compraré aquel caldo que encaje en mi estilo de vida, en mi comunidad, o grupo al que pertenezco. Compraré aquel caldo que siga la tendencia de mi consumo simbólico. Por tanto, según como yo sea, o lo que quiera ser con la compra, elegiré el Caldo de La Abuela, (soy persona tradicional y confío en lo de siempre: el caldo de mi querida abuela) o el Caldo Natural (hecho con productos biológicos), o el caldo de siempre, o el caldo de una marca blanca…. Cada uno de ellos se ajusta a tu modo de ser.

Las empresas y sus marcas deben, por tanto, decidir a qué grupo quieren llegar, qué parte del “pastel” quieren para su producto y así conseguir saciar esas necesidades del consumidor de forma adecuada y rentable. Cualquier empresa antes de lanzar su producto o servicio al mercado, deberá elegir. Segmentar. ¿Qué vendo? ¿A quién? ¿Cómo? Porque si no segmentamos, el fracaso está prácticamente asegurado. El porcentaje de productos lanzados al mercado cada año y que no pasan de su primer año de vida, es elevadísimo. De ahí la dificultad y la necesidad de una buena segmentación de los clientes objetivos.

Además, en función de la experiencia que te aporte esa marca, yo como consumidor, estaré dispuesto a pagar un precio u otro: p.e. si compro café en grano al cultivador de café, estaré dispuesto a pagar 2-3 céntimos de euro; si compro el paquete de café, estaré dispuesto a pagar entre 5-25 céntimos de euro, si me tomo el café en la cafetería de mi barrio, estaré dispuesto a pagar 1 € aproximadamente, pero si ese café me lo tomo en Starbucks, con toda la carga psicológica adicional que me vende la marca, estaré dispuesto a pagar entre 2-6 €. Por tanto, está claro cómo un producto básico como el café, se puede llegar a convertir en toda una experiencia para el consumidor, experiencia por la cual se estará dispuesto a pagar un sobreprecio por todo el consumo simbólico que lleva implícito.

Otro ejemplo similar al del café es el del azúcar. Un paquete de azúcar puede costar 0,6-1€ en el supermercado. Pero si ese azúcar lo vendemos cristalizado y mezclado con azafrán o algún otro ingrediente que lo haga especial, lo empaquetamos en unas bolsitas muy llamativas con tan solo 6-8 unidades y lo distribuimos a través de tiendas delicatessen, podemos llegar a pedir hasta 8 € por el producto, porque aportamos un valor añadido que p.e. a los sibaritas les encantará.

Un último ejemplo que os quiero contar es el de una empresa que se dedicaba a la fabricación de patas de acero para mesas. De comercializar un producto básico, sin demasiado valor añadido y cada vez con más competencia, han pasado a comercializar un producto muy especial: futbolines. Realizados en el mismo material que fabricaban las patas para las mesas pero con un diseño muy innovador, totalmente personalizados con el equipo que se les solicite o incluso con los colores corporativos de una empresa, si se da el caso, y que ahora están comercializando en las principales tiendas de muebles de diseño, no sólo de España sino de parte del mundo.

Por tanto, teniendo en cuenta que el consumidor es el rey, que dispone de más información y que siempre lo podremos asociar a una tendencia de consumo y comportamiento, tribu,… yo, como empresa, deberé segmentar los distintos tipos de consumidores posibles y dirigir los esfuerzos a aquellos en los que realmente tenga una ventaja competitiva. Sólo hay que ver cómo con un producto como el café, el azúcar, o el acero, aportando una serie de valores añadidos, puede convertirse de producto básico a producto o marca deseada por un segmento de consumidores. La tarea no es fácil, pero muchos ya lo están consiguiendo.


Autor: Isabel Salvador
Consultora de marketing

lunes, 5 de febrero de 2007

¿A QUÉ HUELE TU MARCA?

Todos sabemos que somos estudiados permanentemente como consumidores por las diferentes marcas de productos del mercado. Lo que quizá no sabemos es hasta qué punto los expertos en conocimiento del consumidor lo hacen.

Hace unas semanas un buen amigo me explicó cómo un grupo de ingenieros alemanes se habían desplazado hasta su empresa para investigar, analizar y seleccionar el mejor “olor a nuevo” para un nuevo modelo de coche que su empresa iba a lanzar al mercado en breve. Sí, habéis oído bien: olor a nuevo. ¿Pero esto no es inherente al coche? Reflexionando con él me comentó que antiguamente, en la época de los primeros seiscientos en España, cuando entrabas en un coche nuevo olía un poco raro debido a todas las piezas nuevas, a los plásticos, metales…. Olía a las piezas, pero no era un olor agradable. ¿Cuánto tiempo hace ya de eso verdad? Porque está claro que, debió decirlo tanta gente que con el paso de los años, las empresas automovilísticas tomaron nota y consiguieron darle la vuelta a la tortilla y ahora…. Quien, cuando alguien te enseña un coche nuevo, además de comentarle lo bonito, moderno, elegante que es el nuevo coche… no le comenta ¡como huele a nuevo! ¿verdad?? Pues que os quede claro: ese olor no es casual. Es un olor fruto de muchas horas de dedicación de un grupo de expertos en la materia.

Esto es una clara muestra de marketing sensorial. Una nueva tendencia en marketing que se está utilizando desde hace unos años por algunas empresas para activar recuerdos, emociones e imágenes en la mente del consumidor, influyendo en nuestros sentidos.

Seguro que a todos os suena el olor característico de muchas tiendas de ropa, todas las de la misma cadena huelen igual por lo mismo, para que las identifiquemos. Incluso muchas de las panaderías de las grandes ciudades tienen comprobado su incremento en las ventas gracias a “desprender” ese olor característico de pan recién hecho que invita a entrar en la tienda…. Uuumh!

Todos los estudios realizados hasta la fecha nos confirman su efectividad y además nos dicen que:

- Recordamos el 1% de lo que palpamos
- Recordamos el 2% de lo que oímos
- Recordamos el 5% de lo que vemos
- Recordamos el 15% de lo que degustamos
Y,
- Recordamos el 35% de lo que olemos

Aprovechar ese 35% de efectividad es lo que están haciendo estas marcas.
Los sentidos son motores que nos ayudan a vivir la experiencia de la marca. Un valor añadido a tener muy en cuenta, que ya no es solo patrimonio de los famosos y las estrellas del celuloide, muchas empresas, muchas marcas empiezan a tener su olor distintivo, su odotipo (palabra técnica, equivalente en diseño al logotipo).

Por este motivo, yo te invito a reflexionar: si tu marca tuviera olor, ¿a qué olería?


Autor: Isabel Salvador
Consultora de Marketing

miércoles, 10 de enero de 2007

¿SON TUS CLIENTES FIELES?

Promover la fidelidad es hoy una de las tareas más abandonadas y menos valoradas por un número importante de empresas. Os presentamos en este artículo algunas reflexiones y consejos para mejorarla.

Si alguien te preguntara ¿eres fiel? seguro que responderías DEPENDE. En algunas ocasiones sí y en otras no.

Y si te preguntaran ¿por qué eres fiel? Muy sencillo, soy fiel a aquella empresa que ofrece el producto o servicio que necesito una y mil veces. Que siempre está ahí cuando la necesito. Que me aporta ese valor añadido tan difícil de encontrar hoy: el saber hacer, la atención al detalle, la preocupación por mis necesidades, por conseguir cubrirlas, y que encima me proporciona un trato amable, agradable, sin ser pelota (que me molesta bastante) Y, todo ello, a un precio razonable.
Parece casi imposible encontrar un proveedor así hoy en día que, al cumplir los requisitos anteriores, sube un nivel en mi escala de valores y se convierte en un colaborador de confianza. Pero, lo confirmo, todavía existen profesionales de este tipo. Y, por ello, soy fiel a todos ellos.
Pero soy exigente, y cada vez más, por lo que exijo que se mantenga en el tiempo ese nivel de calidad.

¿Cómo puedo conseguir mantener a mis clientes, que me sean fieles?
Para ello necesitamos implementar un plan de fidelización. No es necesario que sea un megaplan. Es mejor empezar por algo sencillo pero que nos permita conocer más y mejor a nuestros clientes. Para ello hay que empezar contestando a las siguientes preguntas:
-¿Qué sé de mis clientes?
-¿Están contentos?
-¿Están satisfechos con los últimos proyectos realizados para ellos?
-¿Cuándo fue la última vez que les llamé/visité?
-¿Me interesan esos clientes dormidos?

Respondiendo a estas preguntas y alguna más tendremos una primera forma de analizar como está mi empresa en relación a los clientes actuales. Un buen análisis de la situación y evolución de los clientes, segmentados por tamaño, volumen, etc nos ayudará a diseñar las acciones a realizar para incrementar la fidelización con ellos.

¿Te atreves? Vale la pena.

Autor: Isabel Salvador
Consultora de marketing